viernes, 26 de febrero de 2010

Iglesia Ortodoxa Siria

Ya que estamos con San Jorge ubiquémoslo en su lugar....gracias Wikipedia.
Iglesia Ortodoxa Siriana
Fundador: San Pedro Apostol
Deidad Máxima:Jesucristo
Líder:Ignacio Zakka I Iwas, Patriarca de Antioquía
Tipo:Iglesia no calcedónica
Nombre y número de seguidores:Cristianos sirianos, unos 2 millones
Texto sagrado:la Biblia
Lengua Litúrgica:Siríaco
Sede actual:Damasco
La Iglesia Ortodoxa Siriana de Antioquía, también denominada Jacobita, Siro-Ortodoxa, o Siríaca, es una iglesia autocéfala perteneciente al género de las llamadas iglesias ortodoxas orientales, es decir las que no aceptaron las conclusiones del Concilio de Calcedonia.
El origen de la comunidad cristiana antioquena, según se nos narra en el libro bíblico neotestamentario de los Hechos de los Apóstoles (c. 11, vv. 19-25), se remonta al siglo I, a la era apostólica. Varios creyentes, huidos de Palestina debido a la persecución desencadenada tras la lapidación de San Esteban, se dispersaron por la región siro-fenicia y llegaron a Antioquía, capital de la provincia romana de Siria, donde comenzaron a predicar a los judíos allí residentes, y después también a los paganos. También se nos dice que fue en esta ciudad donde por primera vez se llamó cristianos a los creyentes en Jesús. Poco después se integrarían en la comunidad antioquena los apóstoles Bernabé y Pablo; la ciudad fue el punto de partida y de regreso de los famosos viajes misioneros de éste último. La consideración de Simón Pedro como fundador de la iglesia y su primer obispo se debe a la tradición de que este apóstol, después de abandonar la comunidad de Jerusalén y antes de llegar a Roma, vivió un tiempo en Antioquía y estructuró definitivamente la comunidad local. Esta tradición vendría avalada por el testimonio del propio Pablo en su carta a los Gálatas (c. 2, v. 11), donde nos cuenta que, efectivamente, Pedro se trasladó a vivir a aquella comunidad no antes del año 50. El caso es que Antioquía fue la primera iglesia cristiana fuerte establecida fuera de Palestina, y que se mantuvo como uno de los grandes centros de la cristiandad de los primeros siglos.
Cisma.
La Iglesia Ortodoxa Siriana estuvo unida tanto con la Iglesia Romana como con la Iglesia Griega desde el primer Concilio de Nicea del año 325; pero rechazó las decisiones del posterior Concilio de Calcedonia, en el año 451, que establecía las dos naturalezas (humana y divina) de Cristo. A los disidentes de Calcedonia se les denominó despectivamente monofisitas por ser partidarios de que en en Cristo sólo había una única naturaleza, la divina. Aunque las decisiones conciliares fueron impuestas por las autoridades del Imperio Bizantino, los disidentes se refugiaron en las zonas rurales semi desérticas sirias y árabes, y también fuera del imperio, especialmente en el vecino Imperio Persa Sasánida. Mantuvieron su propia liturgia en idioma siríaco (una variante del arameo), que era el usado por el común de la población rural.
A mediados del siglo VI aparece la figura providencial del obispo monofisita Jacobo Baradai (después obispo de Edesa), quien, enviado a Siria en secreto por la emperatriz Teodora (que favorecía su causa) llevó cabo una inmensa labor de animación y reorganización de la que ya puede llamarse Iglesia Siriana Ortodoxa. Fue Baradai quien consagró en 544 a Sergio, el primer patriarca plenamente siro-ortodoxo, haciendo así definitivo el cisma con el patriarca rival griego ortodoxo. Por causa de Baradai comenzaron a llamar jacobitas a los miembros de esta iglesia oriental, denominación que ellos mismos aceptan, aunque por razones diferentes.
Crecimiento
La conquista árabe en el siglo VII terminó con la persecución bizantina y favoreció el crecimiento de esta iglesia. En la Edad Media poseyó escuelas de teología, filosofía, historia y ciencias. La Iglesia Siriana incluía 20 sedes metropolitanas, y 103 diócesis extendidas hasta Afganistán, así como comunidades sin obispos en el Turquestán y en la hoy provincia china de Xinjián.
Persecuciones
Las invasiones de los mongoles a partir del siglo XIII, y especialmente el ataque de Tamerlán en 1399, destruyeron los templos y monasterios y dispersaron las comunidades. A partir de ahí el número de fieles se redujo. Un golpe mayor fue la persecución turca otomana, durante e inmediatamente después de la I Guerra Mundial. El Patriarcado debió trasladarse, en 1924, del monasterio de Der ez-Za´faran donde radicaba desde 1293, a Homs, Siria. Desde 1959 estableció su sede en Damasco.
Actualidad
Actualmente tiene aproximadamente dos millones miembros; existen comunidades sirianas en Líbano, Siria, Iraq, en la provincia turca de Mardin, entre los migrantes en Europa y Estados Unidos y en la India una parte de la Iglesia Ortodoxa Malankara está en comunión con el Patriarcado Siriano. El seminario ortodoxo siriano de San Efrén, es el mayor instituto teológico del Patriarcado. El líder de la Iglesia Siria es el Patriarca H.H. Moran Mor Ignatius Zakka I Iwas, que reside en Damasco.

Oración a San Jorge











"Puesto que eres el libertador de los afligidos, defensor de los pobres, médico de los enfermos, soldado de Reyes, oh Gran Mártir San Jorge, el Triunfador, ruega por Cristo Dios, que salve nuestras almas"







San Jorge





San Jorge nació hacia el año 275 o 280 (Siglo III d.C.) en Capadocia – perteneciente a la región de Anatolia, actual Turquía-, hijo de una familia romana de nobles acomodados de religión cristiana. Siendo un niño perderá a su padre, Geroncio y viajará con su madre Policromía (de origen griego) a Palestina, al pueblo de Lydda o Diospolis, donde su madre nació, y lugar donde se criaría acabando como guardia personal del emperador Diocleciano (285-305), emperador pagano.
LA LEYENDA DE ST JORGE Y EL DRAGON

Siendo un joven oficial en tierras de Libia, estuvo en la ciudad de Silca o Silene. Cuenta la leyenda que un dragón, estuvo atacando Silca durante un periodo de tiempo. Un buen día, el dragón exigió que le entregarán a la bella hija del Rey de Silene. El monarca horrorizado, entregó a la princesa, la bendijo y la dejó fuera de las murallas de su ciudad para que el dragón la recogiera.San Jorge, que en ese momento llegó a la ciudad, le ofreció su ayuda y su protección. En ese momento, llegó el dragón enfurecido que salía del lago donde vivía. St. Jorge montó sobre su caballo y sacó su espada y con mucho coraje se le enfrentó. Mientras luchaba se encomendó a Dios ofreciéndole aquella bestia del mal a cambio de la victoria. En su armadura el símbolo de la cruz en blanco lucía sobre su pecho encomendándose al todo poderoso. Una vez que pudo controlar al animal, St. Jorge pidió a la princesa que atara al cuello del dragón su cinturón y así lo hizo la joven. Los villanos que siguieron el combate desde las murallas salieron a ver muerto al dragón. Cargaron en carro a la bestia mitológica todavía viva, adormecida, a causa del impacto del caballero cristiano con su espada.
Una vez en la ciudad, ante toda la población y del rey, San Jorge les dijo:“El monstruo está dormido, no despertará, pero Dios quiere que le honréis recibiendo el sacramento del bautismo. Dejad vuestras creencias y entregaros al dios de los cristianos y a cambio yo mataré al dragón con mi espada”. En cuando el dragón despertó, San Jorge montó en su caballo y con un su espada atravesó al dragón, cayendo desplomado al suelo. Dice también su leyenda que San Jorge quiso hablar con el rey y enseñarle cuatro nuevas aptitudes: Crear y honrar una iglesia al Dios cristiano, ayudar a sus sacerdotes, asistir regularmente a misa y proteger a los pobres y necesitados.
San Jorge decidió hacer pública su condición de cristiano, ordenando el emperador ejecutar al joven tribuno. Días después de su tortura por parte del ejército romano, San Jorge fue decapitado, muriendo el 23 de abril del 303. Su tortura tuvo como escena las murallas de Nicomedia (Turquía), donde estaba destinado.
Los testigos de sus torturas y posterior muerte acudieron a la emperatriz Alejandra de Bizancio para contarle aquel momento. Los mismos convencieron a la monarca de que se convirtiera al cristianismo.
Su cuerpo fue sepultado en la población de su madre: Lydda, también conocida como “Hagio Georgiopolis”. Su tumba todavía es venerada por los cristianos, principalmente por los cristianos ortodoxos griegos.En la inscripción de su tumba se lee: “San Jorge, portador del estandarte” en griego.
Su fábula la trajeron los marineros y cruzados europeos venidos de Siria en el siglo XI. En Grecia, el primer país que introduce en su liturgia la vida de este santo, tan venerado. Antes de estos acontecimientos, San Jorge ya era muy querido en Siria y Palestina. El emperador Constantino I construyó una iglesia en honor al santo convirtiéndolo en un beato para la iglesia ortodoxa griega.
Uno de los primeros Papas de la Iglesia le canonizó en el año 494 y fue el papa Gelasio I, señalando como fiesta de San Jorge el día que murió degollado, el 23 de abril e inscrito en el santoral católico.
En el siglo VI, un abad irlandés, Adomnanus de la isla de Iona se hizo con los relatos del obispo de Galia, en que Arkulf peregrinó a Tierra Santa hacia el año 680 y trajo consigo la leyenda.

Los cruzados de la Tercera Cruzada (1189-1192) intentaron recuperar la iglesia destruida años atrás en el 1010 y posteriormente volvió a ser destruida por los hombres de Saladino en el año 1191. No se pudo construir ninguna iglesia en aquel emplazamiento hasta el siglo XIX, en el año 1872.

En España, este santo vino de la mano del rey aragonés, Pedro I, que parece ser, se le apareció durante la batalla de Alcóraz (Huesca) en el año 1096. Pedro II fue quien fundó en el año 1202 la orden militar de San Jorge en un castillo de Tarragona. Su hijo, Jaime I “El Conquistador” también habla de St. Jorge en su libro de hechos, en la que relata que se le apareció el santo cuando estaba conquistando Mallorca y Valencia.Desde entonces, su leyenda está muy vinculada a la corona de Aragón.San Jorge fue siempre el segundo patrón de Cataluña, después de Sant Jaume y el primero de Aragón, y adoptado como uno de los santos más venerados de la costa levantina española.

Alrededores de Palmira

Más información sobre lo que podremos ver en Palmira y sus alrededores:
TEMPLO DE BEL Dedicado al culto de Bel, el dios supremo, es el vestigio más grande y mejor conservado de Palmira. Se encuentra fuera de las murallas, sobre un promontorio. Sus orígenes se remontan al año 32. En el siglo v fue reconvertido en iglesia y, en el siglo XII, en fortaleza por los árabes. Conserva su estructura original, en la que destaca un patio cuadrado de piedra maciza y el altar de los sacrificios, así como tallas y decoraciones mesopotámicas y grecorromanas. Para acceder hay que pagar entrada. Conviene visitarlo temprano para evitar las horas de calor y disfrutar de las primeras luces.
VÍA COLUMNADA La Vía Columnada era la arteria principal de la antigua ciudad romana, que la cruzaba de este a oeste partiendo del templo de Bel. Tiene una longitud de 1.200 m y está formada por más de 200 columnas –algunas de las que se ven hoy en día son originales–. En uno de sus extremos hay un arco monumental y a los costados, restos del Ágora y del antiguo Teatro. Coincidiendo con la intersección de las dos arterias principales se halla el Tetrápilo, un conjunto de cuatro grupos de cuatro columnas de granito rosa que originariamente enmarcaban la estatua de Zenobia, reina de Palmira de 267 a 272.
EL VALLE DE LAS TUMBAS Al oeste de las ruinas se encuentra este valle, que reúne una serie de edificaciones mortuorias. Destacan la Torre de Elahbel, un mausoleo de cuatro plantas y una cuidada ornamentación interior, y el hipogeo de los Tres Hermanos, con más de 400 nichos y decorado con frescos. Las entradas al valle pueden adquirirse en el Museo Arqueológico, situado en la entrada de la ciudad moderna. Al oeste, sobre una colina que ofrece las mejores vistas de la ciudad de Palmira, está el Qalaat Ibn Maan, un castillo árabe del siglo XVII al que se puede acceder en coche o realizando un paseo de 45 minutos.
FORTALEZAS DEL NORTE Al norte de Palmira y a orillas del río Éufrates se alza la ciudad fortificada de Halabiyya, fundada por Zenobia en el siglo III. También al norte, pero más alejada, a 110 km, está Qasr al-Hir ash-Sharqui, recinto con restos de un palacio y torres defensivas construidas en el siglo VIII. La mejor hora para apreciar su belleza es al atardecer. En ambos casos se recomienda ir acompañado de un guía.

jueves, 25 de febrero de 2010

Más sobre Palmira


Este artículo fue publicado también por National Geographic viajes en su número 119:


Visita a las ruinas de Palmira, la legendaria ciudad del desierto sirio
El paseo por la legendaria ciudad del desierto sirio revive una de las épocas más prósperas de Oriente Próximo. El legado de las civilizaciones que la habitaron permanece hoy en día como un libro abierto, rodeado por colinas de arena de color ocre. Babilónica, selyúcida, romana, árabe, ciudad de prosperidad y ciudad de discordia. En mitad del desierto sirio se alzan todavía las ruinas de la que fue una de las ciudades más ricas y disputadas del mundo desde su fundación previa al año 200 a.C. -fuentes cuestionables atribuyen su origen al mismísimo rey Salomón, en el X a.C.- hasta su destrucción en 1089 a causa de un terremoto. La colina que se alza frente a las murallas de Palmira aloja su santuario más venerado: el templo babilónico dedicado al dios Bel o Baal. Resistió más o menos incólume hasta el siglo XV y, en la actualidad, es uno de los vestigios más impresionantes de Palmira por la solemnidad de sus tallas en la roca, la magnitud del patio interior y el casi intacto pasillo que asciende hasta el altar del sacrificio. Con la conquista romana Tadmor -nombre de la Palmira babilónica- pasó a ser Palmira (del latín ‘palma’, palmera) y, aunque mantuvo su planta oriental, adoptó las estructuras comunes del Imperio. La arteria central era la gran Vía Columnaza, de 1.200 metros y flanqueada por más de 200 columnas. Otra aportación arquitectónica de Roma es el Teatro (siglo II), que permaneció enterrado en la arena hasta 1950 y que ahora acoge espectáculos culturales. Más allá se alza el Tetrápilo, cuatro grupos de cuatro columnas sobre un pedestal, que marca la intersección de la Vía Columnaza con otra avenida principal. En el Valle de las Tumbas diversos frescos y relieves decoran el hipogeo de los Tres Hermanos, una de las cámaras funerarias más ricas. La mayoría de los retratos tallados que decoraban los nichos nobles se encuentran hoy en museos -el Nacional de Damasco tiene la colección más completa-, pero el paisaje es tan sobrecogedor que impone su propio silencio. Su localización estratégica y sus manantiales convirtieron a Palmira desde el siglo I d.C. en provincia romana y parada obligatoria en la Ruta de la Seda. Pero su posición terminó siendo su propia ruina, ya que la condenó a sufrir constantes asedios como ciudad limítrofe de la zona oriental del Imperio. Fuera de Palmira aún se mantienen en pie las fortalezas que contenían las invasiones otomanas. Dos de ellas quedan un tanto alejadas del complejo arqueológico, pero el castillo de Qalaat Ibn Maan (siglo XVII) es mucho más accesible y ofrece una buena perspectiva de toda la ciudad. La actual Tadmor se sitúa 210 km al sur de Damasco, la capital de Siria. La antigua ciudad-oasis alcanzó su esplendor en el siglo ii y hoy sus ruinas son el testimonio de varias civilizaciones. Es Patrimonio de la Humanidad desde 1980.

Palmira



Cuelgo artículo sobre Palmira publicado en el nº85 de National Geographic Viajes.






Viaje a Palmira para contemplar el esplendor romano de Siria
La Antigüedad no ha dejado ni en Italia ni en Grecia algo comparable a las ruinas del desierto de Siria», así hablaba de Palmira el Conde de Volney en su libro Viajes por Egipto y Siria, de 1788. Siguiendo sus pasos, podremos sentir la fascinación que despierta la ciudad caravanera que, según cuenta La Biblia, fundó el rey Salomón. En su milenaria historia destaca una mujer, la reina Zenobia, que desafió al Imperio Romano nombrándose Reina de Oriente y convirtió Palmira en una de las mayores metrópolis del Mundo Antiguo. A medida que nos aproximamos desde Damasco, la capital siria, se comprueba por qué de todos los enclaves antiguos del Próximo Oriente, Palmira es la que mejor mantiene su identidad: está instalada junto al palmeral que le dio nombre –asirios e hititas la denominaban Tadmor, del semítico tamr, dátil– y separada centenares de kilómetros de cualquier otro núcleo urbano. Lo que hoy se calificaría como aislamiento, durante la época romana (siglo I a. C.-III d. C.) era una posición estratégica. Su situación en medio del desierto y a una distancia equidistante de los ríos Éufrates y Orontes, la convirtió en un lugar de paso para las caravanas de la Ruta de la Seda, la histórica vía que unía Oriente y Occidente. «Palmira es una beduina llorando porque está vestida como una romana», escribió la novelista y poeta inglesa Vita Sackvill-West (1892-1962) en su libro Doce días. Y es cierto, todos los monumentos que se conservan son de época romana, fechados entre los siglos I y III. Pero el visitante descubrirá que la ciudad no sigue el típico trazado romano pues, a pesar de la gran Vía Columnada, el Tetrápilo y algunas calles rectilíneas, su diseño original es oriental. El inicio del dominio de Roma sobre Palmira, con la creación de la provincia de Siria en el año 63 a.C., determinó su «edad de oro» y el cambio del nombre de Tadmor por el de Palmira –del latín palma, palmera–. Entonces, desbancó a ciudades poderosas de la región como Petra y concentró el comercio caravanero, enriqueciéndose y actuando de forma independiente bajo el poder teórico de Roma. El siglo III supuso el «canto del cisne» de Palmira, especialmente bajo el breve reinado de Zenobia (268-272 d.C.), cuyo recuerdo ha inspirado a escritores de todas las épocas, desde el poeta medieval inglés G. Chaucer en The Canterbury Tales (siglo XIV) hasta el español José Luis Sampedro, en La vieja sirena, de 2002; la soberana de Palmira también influyó a pintores del siglo XIX como H. Schmalz y W. Bouguereau. Hermosa, audaz y ambiciosa, Zenobia se consideraba descendiente de la reina Cleopatra y, como ella, se enfrentó a Roma, construyendo un imperio que abarcaba Asia Menor y Egipto, y que pretendía extender hacia Occidente. Fue derrotada y desterrada por el emperador Aureliano. La decadencia de Palmira llegó poco después. El comercio halló nuevas rutas y, en época del emperador Diocleciano (siglo IV), la función de la ciudad se había reducido a defender las fronteras orientales de un Imperio Romano cada vez más inestable. El denominado Campo de Diocleciano, un conjunto de edificios con carácter militar, data de aquella época. Se aconseja acabar la visita al atardecer, cuando la piedra adquiere tintes dorados y anaranjados. Aún queda una última visión de Palmira si ascendemos al monte tras el que desaparece el sol. Allí se erige el castillo árabe Qalaat Ibn Maan, el único testimonio no romano que ha sobrevivido al tiempo.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Ubi sunt...

Os dejo un poema que nosotros, andalusíes, sentimos profundamente.
Es de Nizar Qabbani (Damasco 1923- Londres 1998) fue embajador en Madrid y es considerado el gran poeta árabe contemporáneo.

España

Me has escrito, querida
me escribes preguntando por España,
por Táriq,
que en nombre de Alá abriera un nuevo mundo:
por Oqba Ben Nafia,
que plantara retoños de palmera
por lo hondo de todas las colinas.
Preguntas por Omeyas
y por su emir Muawiya
por aquellos espléndidos palacios
que traían
cultura y fuerza de Damasco.

No ha quedado en España,
de nosotros,
de nuestros ocho siglos,
sino la hez del vino
en el cuenco del vaso.
Unos ojos enormes,
en cuya negra sombra aún dormita
la noche del desierto.

Sólo queda de Córdoba
el llanto de dolientes alminares,
la fragancia de dalias, de rosas y naranjas.
De Wallada,
de su historia de amor,
una rima tan solo,
quizá,
ni el resto de una rima.

De Granada
y los Banu Lahmar
lo que narran los cuentos,
ese Sólo Dios triunfa
por todos los rincones.
Sólo queda su alcázar,
como Venus desnuda
que aún sigue viviendo
de una historia de amor más que pasada.

Vinieron cinco siglos
desde que el Rey Chico
se partiera de España.
Pero aún continúan nuestros pequeños odios
y esa mentalidad de tribu
que aún sigue en nuestra sangre
como antes,
hablamos diariamente con alfanjes
pensamos con las uñas
pasaron cinco siglos
y el término arabismo, todavía,
es una flor en un jarrón...y triste
niña hambrienta y desnuda
que clavamos
contra el muro del odio y del rencor.

Cinco siglos pasaron -!ay querida!-
y es como si ahora mismo
Dejáramos España

Delicias sirias

Me recuerda mi amiga Ángela que no debemos dejar pasar la oportunidad de tomar un chocolate (de lujo) y disfrutar con las delicatessen del maestro pastelero Ghraoui, con varios establecimientos en la ciudad de Damasco.
Os dejo el enlace:
http://www.ghraouichocolate.com/

El tiempo y otras cuestiones a tener en cuenta

Pues parece que vamos a tener un tiempo muy apropiado para las fechas en las que estaremos allí, muy primaveral, aunque la temperatura mínima sea bastante más baja que a la que estamos habituados: se espera que a finales de marzo tengamos unas mínimas de 5 grados y unas máximas de 21 mientras que para las jornadas de abril pronostican que las mínimas bajen a 2 grados y las máximas alcancen los 17.
En fin, no dejan de ser previsiones a muy largo plazo por lo que estaremos más atentos conforme se vaya acercando la fecha de partida.
Y en cuanto al agua, nada de nada, toda ha caído aquí.

A TENER EN CUENTA Para viajar a Siria se precisa el pasaporte en regla y un visado turístico. El idioma oficial es el árabe, pero el francés y el inglés son de uso frecuente en hoteles y lugares turísticos. La moneda nacional es la libra Siria (SYP); 1 SYP = 0.024 euros aproximadamente. Conviene llevar euros en metálico, ya que cambiar divisas es complicado lejos de la capital.La diferencia horaria con respecto a España es de una hora más.
No hay ninguna vacuna obligatoria, pero se recomienda llevar un botiquín con medicamentos básicos y consumir bebidas embotelladas.
Os dejo también un enlace a la página del Ministerio de Asuntos Exteriores español dónde podréis encontrar más información detallada sobre la recomendación de viaje para Siria con los documentos necesarios, divisas, condiciones sanitarias y todas las direcciones y teléfonos de la Embajada de España en Siria.
Besos

martes, 23 de febrero de 2010

Nostalgia de Al-Andalus

Fijaos en lo que me comenta una amiga que vivió en Damasco acerca del carácter de su gente:

"Para los damascenos , Granada es especial. El paisaje con las montañas al fondo, se parece , aunque Granada es infinitamente más bonita. Por otra parte, cuando la conquista, el ejército de Damasco fue el que se estableció en Granada y ellos estudian bien esa parte de la historia.
Cuando digáis que sois granadinos, os van a abrir las puertas.
Damasco y Alepo rivalizan como Madrid y Barcelona. Alepo es , para el mundo árabe, como el París gastronómico. Tiene todo lo bueno de lo árabe, lo turco y lo kurdo...."

Paraísos Cercanos: Conocer Siria

Os dejo también el enlace al documental "Conocer Siria"que emitió televisión española a través de su espacio "Paraísos cercanos", seguro que lo disfrutáis, !qué ganas!
Un beso
http://www.rtve.es/mediateca/videos/20090802/paraisos-cercanos-siria/559859.shtml

Actualidad cultural en Siria

http://www.rtve.es/mediateca/audios/20091026/mediterraneo-siria-25-octubre-2009/614072.shtml

Os dejo un enlace a un programa de Radio 3 emitido el 25 de octubre acerca de la realidad cultural en Siria, para ir contextualizando nuestras ideas.

Besos

lunes, 22 de febrero de 2010

Preparativos

Ayer, 21 de febrero de 2010, Chuchi nos envió lo que, en principio, parece ser ya la ruta definitiva de nuestra aventura de este año: un circuito por Siria (y un día en Antioquía, Turquía)de nueve días, que nos llevará a Damasco, Palmira, Krak de los Caballeros, Hama, Alepo, Antioquía, Ras Shamra, Afamia, Maaloula, y Bosra, en definitiva, una nueva gran ruta que ansiamos con nuestra característica ilusión.
Espero que este blog nos sirva a todos como recordatorio de todo lo que el viaje nos deparará, antes, durante (si es posible) y después, sobre todo a quienes, como yo, olvidamos con facilidad.
Besos,
Nacho