jueves, 8 de abril de 2010

Hasta el próximo...

Soñé que asistía a mi propio entierro, a pie, caminando entre un grupo de amigos vestidos de luto solemne, pero con un ánimo de fiesta. Todos parecíamos dichosos de estar juntos...yo más que nadie, por aquella grata oportunidad que me daba la muerte para estar con mis amigos...Al final de la ceremonia, cuando empezaron a irse, yo intenté acompañarlos, pero uno de ellos me hizo ver con severidad terminante que para mi se había acabado la fiesta. «Eres el único que no puede irse», me dijo. Sólo entonces comprendí que morir es no estar nunca más con los amigos.
Gabriel García Márquez, del prólogo a Doce cuentos peregrinos